viernes, 10 de julio de 2009

Herminia y Jaime Viven en las y los que luchan


Este martes 7 de julio, será recordado como el día en que la muerte nos ha arrebatado a dos grandes luchadores sociales; Herminia Concha y Jaime Echeverría.


Fallecimientos que asumimos con mucha tristeza. Sus vidas fueron y serán un ejemplo de convicción y lucha., que deben animar a las nuevas generaciones de luchadores sociales, por eso el mejor homenaje, ante sus muertes, es seguir luchando por los mismos principios que Herminia y Jaime lucharon: Justicia y Libertad



Hasta pronto queridos compañeros, desde su memoria de rebeldía hasta la emancipación de nosostros todos, los oprimidos.

jueves, 9 de julio de 2009

A LA MEMORIA DE HERMINIA CONCHA


Su pelo es de color gris producto de las canas, yo creo que cuando era joven tenia el pelo negro y mas largo que ahora, lleva un vestido blanco y un chaleco rojo, además de su bolso en cuyo interior siempre lleva su fiel lienzo con el lema “fin a la ley antiterrorista, la Pincoya presente”
No se porque, pero yo creo que ese lienzo lo hizo algunos de sus nietos, los cuales ya deben estar acostumbrados a que su abuelita vaya siempre a las marchas por los presos políticos Mapuche. Su tez es clara, un poco bronceada, por tanto andar por las calles de la población, bajo el sol extenuante, sus ojos son pequeños y negros, con un brillo que refleja nostalgia y dolor por un pasado ya extinto.
No lleva joyas, ni casi nada de valor, ni siquiera un par de aros en las orejas, es muy simple en su manera de vestir y andar, calculo que debe tener unos 60 años aproximadamente, si no es que mas.
Tiene una postura un poco erguida por el peso de la edad, pero siempre anda con la cabeza en alto y su caminar es algo pausado. Tiene voz y modales muy suaves, es como tratar con la abuelita propia, aunque yo no se si dejaría a mi abuelita participar de marchas. Tiene las arrugas típicas de las personas de su edad y de su contextura no se podría decir si es delgada o gruesa.
Psicológicamente se refleja que es una señora que prefiere estar en la calle entonando cánticos y gritos de protesta, a que estar tejiendo y ver pasar los años delante suyo.
Comienza la marcha y ella con una amiga que debe tener casi la misma edad toman el lienzo y siguen la marcha con los demás manifestantes, quienes son en su mayoría jóvenes, que perfectamente podrían ser sus nietos, incluso los jóvenes que siempre participan en estas manifestaciones la tratan como si fuera su propia abuelita y la protegen cuando carabineros disuelve con carros lanza aguas y zorrillos la marcha.
Ella sin miedo a que pueda pasarle algo sigue en la marcha entonando gritos, su voz es imperceptible ante los gritos de jóvenes Anarquistas.
Respecto a su pasado se tejen distintas historias, algunos dicen que ella es una de las fundadoras del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) .Otros dicen que es de un pasado humilde, que es analfabeta y que ella sola saco a sus hijos adelante al huir de las golpizas de su marido.
Lo cierto es que al ver su mirada un poco melancólica se refleja un pasado de lucha y un presente que difiere a lo que de joven soñó y por el que entrego su juventud.Recuerda las jornadas de protesta de los años 60, donde toda su generación vibro en torno a la lucha armada, admirando a Cuba y al esbelto guerrillero heroico, Ernesto “Che” Guevara, pintando murales por doquier.
De día en las jornadas de trabajo voluntario por la unidad popular, de noche en torno a una fogata y una guitarra con los compañeros, tomando vino navegado y soñando con un futuro Socialista.
Con el golpe de Estado vio delante de ella caer su sueño, junto a muchos amigos y compañeros, tal vez su gran amor también murió junto al amanecer socialista, dejándole esa mirada perdida y solitaria.
Mira ahora su presente, en la misma población de su juventud, pero ahora donde estaban los murales de las brigadas Ramona Parra hay unos murales del Colo Colo.
En el lugar donde se ubicaba el local de su célula política ahora esta la botillería de “Don Pituto” y los jóvenes, que en sus días corrían descalzos persiguiendo una pelota de trapo, fuman pasta base en la esquina y llevan unas Nike y sus ojos ya no tienen el brillo de la inocencia, al igual que los ojos de la abuelita están apagados por el furor consumista que llego para rematarlo todo..
“Ya nada es como antes”, suspira, mientras uno de sus nietos esta inmerso en la televisión, ella guarda su lienzo en su bolso y toma rumbo al centro. En sus pensamientos siguen pasando los recuerdos, las jornadas de protesta de los años ochenta, ella ya no era una señorita, se hacia adulta y tenia que cuidar a sus hijos, lo que no le impedía salir a golpear cacerolas y a prender neumáticos en la noche.
La marcha toma rumbo por calle Estado en dirección a la Alameda, cuando llega a ese punto todos se disponen a cortar el transito, los jóvenes cubren sus rostros y levantan barricadas, la abuelita estira su lienzo delante de los autos que tocan su bocina, protestando por no poder pasar y llegar luego a sus casas, “que le a pasado a esta sociedad”, se dice al ver tanto egoísmo y en su corazón retumban los gritos por el “NO” a Pinochet y el retorno a la democracia, creyendo que ahora si existiría una sociedad como la que de joven soñó.
Se oyen sirenas, Fuerzas especiales de carabineros se aproxima con el “Guanaco” para disolver la barricada y retomar el transito vehicular, todos corren, la abuelita con paso dificultoso busca refugio del chorro de agua que moja a los jóvenes que intentan resistir.Carabineros comienza a detener a los jóvenes y entre tirones los sube a la micro, mientras la abuelita mira con impotencia como todo sigue igual, como los que antes fueron sus compañeros de lucha, ahora ostentan cargos en el gobierno y viven llenos de lujos.
Con la misma mirada nostálgica que con la que llego, guarda su lienzo, vuelve a la población que esta cubierta por la noche y mientras con paso lento camina a su casa observa a algunos jóvenes que fuman en la esquina, a los que tan solo reconoce por el destello que emite su pito “prensado”, algunos vagabundos se juntan en torno a una fogata para escapar del frío.
Entra a su casa y ve a su nieto todavía inmerso en la televisión y nuevamente suspira “Ya nada es como antes”.



Cosmo, ARI

Extraido de: correomilitante.entodaspartes.net